Arquitectónicamente amable con el entorno, en armonía con la arquitectura andaluza local, de espacios amplios que invitan al recogimiento y paseo. Alberga el enterramiento de un elevado número de extranjeros que eligieron el municipio para disfrutar en la década de los sesenta (músicos, artistas, hippies). Las lápidas, aunque sencillas, presentan importantes curiosidades en formas de iconografías no religiosas o frases alusivas a la época vivida en aquellos años dorados.