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Lugo / Lugo / Galicia
Cementerio de San Froilán, Lugo
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dirección Rúa Doutor Ochoa, 31 · 27004 Lugo - Lugo · Tel. 982 20 22 59
información Visitar su Web
La ciudad de Lugo cuenta  con un cementerio municipal relativamente joven, ya que  data del año 1940 siendo inaugurado en el año 1948, si bien ha incorporado la riqueza patrimonial del antiguo cementerio municipal de la ciudad, clausurado y derribado, con traslado de sus construcciones más relevantes al nuevo cementerio en el cual se combinan sabiamente elementos arquitectónicos de la segunda mitad del S.XIX como los panteones neogóticos, barrocos o indianos con las nuevas tendencias arquitectónicas, incorporando incluso elementos de tendencia tan actual como el instalado en el “Xardin das lembranzas” conocido como la vela, monumento abstracto que representa el ciclo de la vida desde una perspectiva metafísica.
El cementerio municipal de San Froilán fue diseñado por el entonces arquitecto municipal Eloy Maquieira, con una tendencia clara al racionalismo histórico arquitectónico que se plasma en su estructura y que ha sido fielmente continuada en su paulatino crecimiento e incorporación de nuevas construcciones.
Esta estructura racional y equilibrada, junto a su amplitud, a los criterios de construcción seguidos, así como a la dotación de espacios para la reflexión en los que se entremezcla la poesía que se salpica entre los macizos de flores con la belleza de la vegetación,  proporciona una sensación de paz y armonía al visitante, convirtiéndolo en un lugar idóneo para la reflexión, el recuerdo y la reconstrucción emocional íntima y personal.
Todo ello bajo la cálida mirada del poema ubicado a la entrada en el que el consuelo y el sentido positivo de la vida y la muerte dan paso a una amable continuidad del ciclo vital.
En el aspecto estrictamente arquitectónico, el recinto del camposanto lucense cuenta con elementos significativos entre los cuales destacan:
El mausoleo neogótico, (segunda mitad del S.XIX), recientemente restaurado al ser cedido por la familia y que se caracteriza, como buen representante de la arquitectura historicista, por el predominio de la verticalidad, del impulso ascensional, el ascetismo y la sensación de esfuerzo.
La fachada principal cuenta con un arco ojival que proporciona dinamismo a la construcción y está decorado por rosetas, recurso artístico empleado en la época romana y recuperado en el renacimiento y en el barroco. Está enmarcado con pilastras en las esquinas con capiteles imitando la decoración vegetal de hojas de acanto propia de los de estilo corintio.
El remate es triangular con un friso decorado repitiendo los mismos elementos decorativos vegetales del arco principal. En su vértice se sitúa una cruz de inspiración irlandesa en la cual los brazos se unen por medio de una rueda, como símbolo funerario que representa el retrato del difunto. La decoración del  arquitrabe semeja a las almenas de un castillo, proporcionando ritmo al conjunto.
Los vanos laterales están encuadrados en un arco ojival subdividido por pilastras con capiteles de inspiración corintia que sostienen un óculo adornado con motivos de flor de lis. Las ventanas están cerradas con vidrieras de cristal azul intenso decorado y plomo.
El conjunto presenta una estuctura diáfana y lógica y con la repetición del mismo  motivo decorativo con ligeras modificaciones (cuatrilobulado y circular en los vanos laterales) se acentúa la longitud y verticalidad de la construcción, creando una aceleración rítima y un conjunto más continuo.
El panteón de García Abad, recientemente restaurado, está dedicado a este canónigo de la Catedral lucense. Fue realizado por el Arquitecto Cobreros en 1888 y reproduce un modelo de arquitectura funeraria francesa que se puede encontrar en el cementerio de Bourdeaux. Es una representación de la fe entendida en un contexto de cambio y transformación social en el cual los principios, sentimientos e ideas de los vivos constituyen una expresión de lo que es la muerte.
El conjunto recuerda un templo clásico con mezcla de estilos grecorromano, irlandés, prerrománico, renacentista y barroco.
Su fachada principal cuenta con un arco de medio punto rodeado por una moldura cóncava decorada con 14 rosetas de inspiración romana y con una cartela en su clave decorada con hojas de acanto, de cuyos laterales parte  una colgadura clásica recogida en soportes redondos de los que cuelgan los extremos de paño con movimiento en zigzag que recuerda al tratamiento que se daba a los mantos de las esculturas griegas duratne el período arcaico.
Las esquinas presentan semicolumnas estriadas sobre un zócalo y rematadas en un capitel de influencia renacentista.
Sobre la puerta el frontón triangular partido característico del barroco y en las esquinas de la cubierta, la antefija, elemento decorativo propio de la cultura isabelina que ocupa el lugar de las acróteras clásicas que representa una palmeta de volutas de estilo dórico.
En el vértice de la cubierta, igual que en el mausoleo neogótico anteriormente descrito, encontramos una cruz similar a las  irlandesas que, en este caso es del período bárbaro o prerrománico.
La parte posterior sigue el mismo esquema que la fachada con ciertas diferencias: el frontón aparece decorado con una roseta circundado por una cinta cóncava adornada.
Los vanos laterales están divididos en el centro mediante columnas que originan dos arcos de medio punto peraltados sobre los que descansa un óculo.
Monumento a los soldados repatriados, que tiene como origen el fervor patriótico provocado por la guerra de 1898 en el que España pierde sus últimas colonias: Cuba y Filipinas, como consecuencia de lo cual se decide erigir un monumento en homenaje a los 40 soldados de esta localidad repatriados desde Cuba.
Esta obra es diseño del Arquitecto Mendoza y del Maestro de obra Pedro Gil Taboada y consta de dos partes, la base y la cruz propiamente.
La base  está formada por piezas trapezoidales situadas en distintos planos a cada lado del cuerpo. El trapecio frontal con la inscripción “A los soldados repatriados” presenta piezas similares a almenas entre arcos peraltados, con semejanza a un castillo o fortaleza.
La cruz es latina con brazo central rematado en forma de flecha. El horizontal descansa sobre un pilar compuesto donde aparece un círculo con un cuatrifolio inscrito. En la intersección de los brazos se forma una cruz griega, emblema de la Cruz Roja promotora del monumento y que aporta color a la estructura.
Este monumento sirve de modelo para el que se erigió en Carral en 1904 en honor a los 12 fusilados con motivo del alzamiento liberal del 2 de abril de 1846.
Podemos destacar también por su especial candidez y ternura la escultura de un putti (niño humano con alas). Se trata de una escultura en mármol blanco  que representa a una niña tierna y rolliza con flores en su vestido, lo cual entra dentro de la simbología funeraria, elevando una mano al rostro a semejanza del gesto del pensador de Rodhen. Constituye una muestra más de las sensaciones de paz, armonía y emociones contenidas que se pueden percibir en este cementerio.
Salvando otras múltiples  construcciones funerarias, lápidas y esculturas en granito y mármoles de alta calidad, con un excelente grado de conservación,  a las que no se hace mención específica por no hacer la presente memoria excesivamente extensa,  sí es interesante hacer una parada, por el contraste entre los estilos artísticos, en el reciente monumento a la vida instalado en el “Xardín das lembranzas”, ya citado anteriormente.
Se trata de un monumento abstracto del artista Xabier Froiz que representa una vela al viento como una interpretación filosófica de la vida y la muerte desde una perspectiva metafísica y que está realizado en  vidrio, granito y acero inoxidable.
Para finalizar indicar que esta memoria constituye una pequeña muestra con la que pretendemos que quede patente que el Cementerio de San Froilán de Lugo cuenta con suficientes méritos que avalan su candidatura al concurso de Cementerios de España, tanto por la magnitud del patrimonio histórico y cultural que alberga, como por su enclave estratégico al pie del Camino Primitivo de Santiago, como por el interés turístico que despierta  y que ha sido potenciado a través de una serie de actividades orientadas a su integración en la vida social y cultural de la ciudad y a su reinvindicación como parte fundamental en la memoria histórica de la ciudad.
Las fotografías del Cementerio de San Froilán que se adjuntan con la presente candidatura para participar en el Concurso Cementerios de España, han sido realizadas con medios propios o contratados por este Ayuntamiento, cediéndose los derechos de uso, exclusivamente para todo lo relacionado con el mismo.La ciudad de Lugo cuenta  con un cementerio municipal relativamente joven, ya que  data del año 1940 siendo inaugurado en el año 1948, si bien ha incorporado la riqueza patrimonial del antiguo cementerio municipal de la ciudad, clausurado y derribado, con traslado de sus construcciones más relevantes al nuevo cementerio en el cual se combinan sabiamente elementos arquitectónicos de la segunda mitad del S.XIX como los panteones neogóticos, barrocos o indianos con las nuevas tendencias arquitectónicas, incorporando incluso elementos de tendencia tan actual como el instalado en el “Xardin das lembranzas” conocido como la vela, monumento abstracto que representa el ciclo de la vida desde una perspectiva metafísica.
El cementerio municipal de San Froilán fue diseñado por el entonces arquitecto municipal Eloy Maquieira, con una tendencia clara al racionalismo histórico arquitectónico que se plasma en su estructura y que ha sido fielmente continuada en su paulatino crecimiento e incorporación de nuevas construcciones.
Esta estructura racional y equilibrada, junto a su amplitud, a los criterios de construcción seguidos, así como a la dotación de espacios para la reflexión en los que se entremezcla la poesía que se salpica entre los macizos de flores con la belleza de la vegetación,  proporciona una sensación de paz y armonía al visitante, convirtiéndolo en un lugar idóneo para la reflexión, el recuerdo y la reconstrucción emocional íntima y personal.
Todo ello bajo la cálida mirada del poema ubicado a la entrada en el que el consuelo y el sentido positivo de la vida y la muerte dan paso a una amable continuidad del ciclo vital.
En el aspecto estrictamente arquitectónico, el recinto del camposanto lucense cuenta con elementos significativos entre los cuales destacan: