Es un convento de monjas clarisas. Las primeras eran conocidas como damianitas en recuerdo del primer lugar donde se establecieron, el convento de San Damián de Asís y se instalaron a las afueras de la ciudad, por escasez de suelo urbano, donde hoy se encuentre el instituto sismológico.
Su confirmación data de 1254, pero ya constaba documentalmente desde 1248. Y no será hasta 1368, durante la guerra civil castellana, cuando, gracias a una donación de María Meléndez, pudieron instalarse intramuros y en 1371 lo autorizó el papa Gregorio XI.
Entre 1370 y 1375, las hijas ilegítimas de Enrique II, Inés e Isabel Enríquez, ingresaron como religiosas, y el convento comenzó a denominarse “Santa Clara Real”. La cuantiosa dote de ambas, y su mantenimiento posterior, salvaron la economía del covento durante años, ya que los privilegios que gozaba fueron confirmados por Juan I en 1379, Enrique III en 1393 y Juan II en 1442.
Durante el reinado de Enrique III, ambas hermanas fueron abadesas.
En el coro de las monjas, descansan los restos de las dos hermanas junto con los de Fadrique Enríquez de Castilla, Juana Enríquez, Fray Juan Enríquez
Fotos: Cultura.castillalamancha.es