Su morfología se compone por una pequeña planta cuadrada que va ganando terreno al monte. Desde fuera podría parecer el jardín de una casa pero no, nos encontramos ante el único cementerio protestante/calvinista de Asturias.
El zócalo que rodea este singular cementerio se presenta enlucido, sus pilares son de ladrillo visto y una sencilla celosía en el frente principal. La vegetación ya de por sí muy palpable en Asturias, aquí adquiere un cariz especial: cuatro palmeras cuyo significado es la resurrección y la victoria sobre el tiempo sobresalen en el recinto central. A su alrededor se van ubicando los únicos cinco enterramientos con los que cuenta este singular cementerio.
El principal por supuesto es el de Numa Guilhou; unas pequeñas escalinatas que nacen desde la misma entrada nos dirigen directamente a su pequeño panteón de sencilla factura, su único elemento de decoración es la placa situada en el frontal donde reza su nombre y las fechas de nacimiento y óbito.
En 2015 se reconstruyó y recuperó gracias a un acuerdo entre el Ayuntamiento y la familia. El proyecto de reconstrucción y mejora corrió a cargo de la Asociación de Arqueología Industrial de la Asociación Cultural y Minera, Santa Bárbara.